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¡La Séptima Montaña y el Mar se acercaba!
El ejército entero no llegó inmediatamente. Sin embargo, la primera oleada de cultivadores invasores comenzó inmediatamente a reforzar la grieta entre las dos Montañas y Mares.
Esa brecha era la forma en que podían entrar en la Octava Montaña y Mar, y tan pronto como aparecieron, comenzaron a establecer numerosas formaciones, casi como guarniciones. También atacaron la grieta en sí misma en un intento de abrirla más.
Aún más impresionante, un gran grupo de cultivadores de la Séptima Montaña y el Mar unieron sus fuerzas para convocar a un enorme dragón de nueve cabezas. Estaba muy oscuro, y cuando rugió en la brecha, comenzó a crecer en tamaño, causando que la grieta se abriera cada vez más.
Los vientos gritaban, haciendo eco por toda la Octava Montaña y el Mar, llevando consigo la voz del Señor de la Séptima Montaña y el Mar.