Mientras el sonido resonaba, las Tierras Negras temblaban. En otro lugar de la Tribu Divinidad del Cuervo había un enorme altar que estaba permanentemente custodiado por una enorme fuerza militar. Aparte de su Montaña Sagrada, era el lugar más sagrado de la Tribu Divinidad del Cuervo.
Pocos sabían la razón especial por la que se había erigido ese altar. La ley tribal en la Tribu Divinidad del Cuervo dictaba que las generaciones sucesivas de miembros de la tribu debían ofrecer culto tanto en la Montaña Sagrada como en ese altar.
Junto al mismo había un patio de residencia que parecía muy ordinario, y ni siquiera un poco lujoso. Sin embargo, en los corazones y mentes de la Tribu Divinidad del Cuervo, esa residencia era tan especial como el altar y la Montaña Sagrada.