La mente de Meng Hao parecía estar dando vueltas. La voz de Zong Wuya aparentemente contenía algún tipo de poder extraño, algo que podía interferir con las facultades mentales de Meng Hao, dejándolo jadeando. Las palabras de Zong Wuya eran hipnotizantes, y parecía incapaz de salir de ellas por sí mismo.
—El verdadero Dao... —murmuró, con la expresión en blanco. Parecía estar completamente perdido, como si hubiera perdido todo poder de razonamiento y juicio. Era como si una parte de él estuviese llena de todo lo que sabía sobre el Reino de las Montañas y el Mar, y al mismo tiempo, todo en lo que creía había sido volteado por Zong Wuya.
Dos cadenas de pensamiento parecían correr por su mente, y estaban actualmente luchando entre sí.
Meng Hao temblaba, jadeaba, sus ojos estaban llenos de sangre.