El mundo retumbó, colores brillaron en el cielo, y el viento se agitó... Al mismo tiempo, los miembros del Eslabón en cada una de las Nueve Naciones enviaron su energía en aumento, algo... Que nadie más que ellos mismos podía sentir.
¡Sin embargo, todos los que estaban en los altares eran claramente capaces de saber que aire de guerra había llenado el mundo!
Se habían hecho declaraciones que indicaban que las batallas del Eslabón estaban comenzando.
Ese lugar... Era el tan esperado campo de batalla para el Eslabón. ¡Todos los demás serían relegados a meros papeles de apoyo!
Aunque nadie quería admitirlo, Fan Dong'er, Bei Yu y los otros cultivadores lo sabían. Se quedaron allí en silencio, mirando a Meng Hao de pie al borde del altar, irradiando una energía inigualable mientras observaban a su alrededor a la gente postrada abajo.
De repente entendieron que ese lugar... ¡Pertenecía al Eslabón!