—¿Arma de batalla? —preguntó Meng Hao con indecisión.
—Un arma usada en la batalla —respondió lentamente el loro— ¡Un tesoro que puede apoderarse de los Cielos sin técnicas mágicas! —El loro se veía muy solemne mientras hablaba. Sin embargo, su siguiente frase reveló sus verdaderos sentimientos.
—Obviamente, es en realidad Lord Quinto el que se convierte en un arma de batalla. ¡Jajaja! Sigue trabajando duro, Haowie. Lord Quinto no ha tenido la oportunidad de ser un Arma de Batalla en mucho, mucho tiempo. Realmente extraño esa sensación de poder penetrar todos los agujeros en los que pongo los ojos... —Con eso, sus ojos comenzaron a brillar, y tembló con tanta emoción que olvidó batir sus alas y rápidamente cayó en el aire.
