La Novena Montaña y el Mar. En algún lugar del cielo estrellado.
Lejos, muy lejos del Planeta Victoria del Este había un lugar muy cercano al Noveno Mar. Si se flotara en el cielo estrellado desde este lugar y se observara a la distancia, se podría ver que entre el Noveno Mar y el cielo vacío, había un tramo de ruinas sombrías.
Pasando por esas ruinas, se podría llegar al mismo Noveno Mar. Sin embargo, si se tratasen de rodear, se llevaría mucho, mucho más tiempo.
Esas ruinas sombrías no eran otra cosa que... ¡Las misteriosas Ruinas de la Inmortalidad!
En este punto un brillo de color sangre se elevó sobre las Ruinas de la Inmortalidad. En un abrir y cerrar de ojos, la enorme forma del Patriarca Confianza salió volando de repente.
—¡Ja, ja, ja! ¡Meng Hao, pequeño bastardo! ¡Vamos! ¿Crees poder encontrarme aquí, ah? —El Patriarca Confianza parecía increíblemente feliz, incluso extasiado, mientras salía volando.