—¿Qué estás haciendo? ¡Oye! ¿¡Qué demonios quieres!? —gritó el Patriarca Confianza.
—Viajé hasta aquí para esconderme ¿Y me encontraste? —El Patriarca Confianza se sintió más agraviado de lo que jamás se había sentido en toda su vida...
Sin embargo, era muy rápido, e instantáneamente se disparó hacia el cielo. En un abrir y cerrar de ojos, estaba fuera del planeta y en el cielo estrellado, huyendo locamente. La persona a la que menos quería mirar en toda su vida no era otra más que Meng Hao.
Pensó en cómo se había escondido en el mar de la Vía Láctea en las tierras del Cielo del Sur. Finalmente, había apretado los dientes y huido del Planeta Cielo Sur para esconderse en el Planeta Victoria del Este, casi a mitad de camino a través del cielo estrellado de la Novena Montaña. Pero... ¡Meng Hao lo había encontrado! El corazón del Patriarca Confianza seguía llenándose de dolor.