—¡Ansío ver el día en que se convierta en alguien capaz de controlar esa mano! —El brote se balanceó de un lado a otro, y se oía una débil risa que resonaba en la oscuridad del vacío.
La opción de convertirse en la planta o en la mano parecía una elección, pero en realidad era una pregunta capciosa. Aunque parecía haber dos respuestas a elegir, en realidad, esas dos respuestas eran una y la misma.
Eso sería especialmente cierto después de que la mente se tambalease tras experimentar las impactantes visiones. Antes de que ese sentimiento se desvaneciera, cuando uno no hubiese tenido la oportunidad de digerir la experiencia, y el corazón siguiese siendo inestable, cualquier decisión que se tomara revelaría claramente la naturaleza del propio Dao, y el enfoque del corazón propio.