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En las Nueve Montañas y Mares, la generación mayor siempre transmitía cierta tradición a la generación más joven de los Elegidos de las diversas sectas y clanes. Esa tradición era que cuando llegase la edad de los verdaderos Inmortales, uno debía recordar el dicho... ¡La preparación es la clave del éxito!
Preparándose bien y acumulando muchos recursos, uno podría explotar un poder extraordinario, y abrir la mayor cantidad de meridianos inmortales posible.
Por lo tanto, generación tras generación, la gente se preparaba para el momento en que llegase la edad de la verdadera Inmortalidad. Se contendrían en la cima del Reino Espiritual y esperarían hasta poder liberar todos sus recursos para lograr la verdadera Ascensión Inmortal.
A lo largo de todos los años, así es como se habían hecho las cosas. Sin embargo, a partir de este momento, los patriarcas de la Novena Montaña y el Mar estaban algo aturdidos mientras observaban lo que estaba pasando.
