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Ocho meridianos Inmortales causaron que un intenso poder surgiera a través de Meng Hao. Qi inmortal fluía en él, y exudaba una intensa presión. Sus ojos brillaban con luz inmortal, como dos lámparas encendidas dentro de la necrópolis.
Ahora todo le parecía diferente, más claro. Podía incluso magnificar la más pequeña mota de polvo hasta ver toda la estructura que la componía.
—Esto se siente... Genial —murmuró. Ocho meridianos Inmortales era su límite; no había más qi Inmortal en el área, lo que le dificultaba hacer más avances.
El dragón de niebla se había desvanecido por completo, habiendo sido completamente absorbido por Meng Hao. La necrópolis estaba ahora totalmente vacía y tranquila.
Lentamente se puso de pie, y se pudieron escuchar crujidos mientras un intenso poder surgía a través de él.