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Un temblor recorrió Meng Hao, y comenzó a jadear. Sabía que esta área era un lugar en el que nunca debería haber podido entrar. Además, su base de cultivo debería haber estado en la cima del Reino Antiguo antes de intentar aceptar el legado del Quinto Maleficio.
Y, sin embargo, gracias al soldado terracota ¡Aquí estaba!
Los ojos de Meng Hao se entrecerraron, y no actuó inmediatamente. Todavía recordaba la sensación de crisis que había sentido a causa del Sellador de Demonios de Sexta Generación, y por ello procedió con cautela y hasta con un poco de vacilación.
No sintió ningún peligro por parte del Sellador de Demonios de Quinta Generación, y el antiguo Jade Sellador de Demonios no había actuado de forma extraña. Murmuró para sí mismo durante un rato, sin querer rendirse tan fácilmente.