Meng Hao respiró profundo y se dirigió hacia la cima de la montaña. Cuando llegó, vio a un anciano con túnicas blancas, rodeado de nieblas arremolinadas, quien estaba parado en el pico, de espalda a él. Cuando Meng Hao se acercó, el hombre se volvió hacia él y sonrió.
Los ojos de Meng Hao se abrieron con impresión en cuanto lo vio.
¡La sensación que tuvo cuando miró a ese anciano fue muy similar a la que experimentó al ver al Demonio de la Píldora!
En realidad, fue extremadamente similar. De hecho, aunque su apariencia física era diferente, en términos de energía dentro interior, parecía casi exactamente la misma.
Mientras estaba allí de pie con la niebla arremolinándose a su alrededor, Meng Hao casi pensó que estaba mirando a su maestro.
Ambos llevaban túnicas blancas, tenían el cabello largo y cano. Los dos estaban envejecidos y rodeados de un aroma medicinal. Parecían igualmente amables, y estar llenos de la misma sensación de anticipación.