El Gran Anciano no creía haber subestimado a Meng Hao, pero al final... Eso era exactamente lo que había hecho.
Para el Gran Anciano, Meng Hao era simplemente un miembro de la generación Junior. Por muy inteligente que fuera, era sólo un júnior.
Nunca podría haberse imaginado que Meng Hao había cultivado la magia del Tiempo, y que debido a su desenfrenada persistencia ¡Solo necesitaría medio mes para profundizar en la vasta historia del clan y reunir pistas aleatorias sobre la verdad!
Las dos Frutas del Nirvana eran exactamente lo que Meng Hao había especulado; objetos pertenecientes a la primera generación de Patriarcas que las habían dejados al clan como valiosos tesoros. Sin embargo, un miembro del clan tras otro había muerto repentinamente mientras intentaba absorberlas. Eventualmente, se convirtieron en algo así como objetos prohibidos.