—¿13º en el Eslabón? —dijo Meng Hao, mirando a la mujer. No tenía ni idea de lo que estaba hablando.
Al principio, ella no respondió. Simplemente lo miró con expresión de aparente reminiscencia, como si estuviese pensando en algo que alguna vez había experimentado. Después de un largo momento, su fría voz resonó una vez más.
—En las grandes Nueve Montañas y Mares, sólo hay lugar para nueve. Faltan mil años para que se pueda llevar a cabo el plan. Las nueve personas que irrumpan primero en el Reino Antiguo, pueden emprender el viaje.
—Ya hay siete personas que han tenido éxito antes que tú.
—La Novena Montaña y Mar ya se ha quedado un poco atrás. —Con eso, extendió su mano derecha y señaló a Meng Hao. Fue incapaz de resistirse mientras una marca de sellado salía volando y se posaba en su frente.
El sello brillaba con una luz tenue, parpadeando trece veces antes de desvanecerse.
