Las multitudes que estaban afuera en la Novena Montaña y el Mar miraban fijamente con los ojos muy abiertos y las mandíbulas flojas. Sus mentes estaban completamente en blanco.
—Obtuvo la iluminación de 99 ruinas inmortales, creó dos grandes habilidades divinas, e hizo descender un total de 48 estelas de piedra...
—Nunca antes había pasado algo así, y quizás nunca volverá a pasar...
—¿A qué sociedad Daoísta... Se unirá?
Mientras las discusiones se extendían, Meng Hao estaba allí, llenando a todos de una conmoción sin precedentes.
Esto era especialmente cierto en el caso de los Elegidos de las diversas sectas. A estas alturas, el nombre de Fang Mu estaba profundamente arraigado en sus corazones, y para ellos, él era claramente el oponente más poderoso que jamás enfrentarían.
—¡Su energía... Es la de un verdadero Inmortal! —Los patriarcas en el Palacio Cielo Estrellado jadeaban y sus ojos brillaban con luz.