Los vórtices del cielo giraron, enviando estruendos que resonaban en todas direcciones. En prácticamente todas las regiones de la Novena Montaña y del Mar, la gente volaba hacia los vórtices. Sin embargo, muchas de esas personas tomaron medidas para cambiar su apariencia al entrar.
Tenían varias razones para no querer que los demás supieran quiénes eran realmente. Después de todo, un gran evento como éste llamaría la atención de toda la Novena Montaña y Mar.
Tan pronto como Meng Hao entró, inmediatamente envió un poco de voluntad divina a la jalea de carne. Gimiendo y quejándose, la jalea de carne ayudó a Meng Hao a cambiar su apariencia a la de Fang Mu, de sus días en la Secta Destino Violeta.