Todos estaban fuera del patio, mirando con ojos resplandecientes.
Dentro del patio, Meng Hao y su Verdadero Segundo Ser estaban en pleno combate con la Diosa Fan Dong'er del Mundo de Nueve Dioses Marinos. A un lado, la viña se balanceaba hacia adelante y hacia atrás y se podía escuchar una risa mientras la sangre negra goteaba en el suelo.
Al mismo tiempo, mechones de pelo negro bailaban en el aire.
Aparecieron innumerables Proyecciones de Dao. Algunas se sentaron en meditación, otras inventaron píldoras medicinales y algunas emplearon magia Daoísta. La lámpara de cobre titiló débilmente, iluminando el área. La estatua de la deidad que se desmoronaba parecía estar emitiendo un aura débil y divina.
Esta no era la primera noche que estas personas pasaban en las cercanías del Antiguo Templo Inmortal de Rito Daoísta. Sin embargo, cuando vieron las Proyecciones de Dao, mucha gente hizo exclamaciones roncas.
—¡Entregan Daos!