Todos los cultivadores en las tierras del Cielo Sur conocían el nombre de Meng Hao. Si los Elegidos de las sectas y clanes de la Novena Montaña y Mar hubiesen pasado más tiempo allí, también conocerían su nombre.
Esta era la primera vez que lo escuchaban, sin embargo, y permanecería en sus memorias por toda la eternidad.
¡Meng Hao!
Zhixiang miró distraídamente a Meng Hao que estaba allí, junto a la puerta principal del templo. Parecía estar recordando a ese joven cultivador al que había empujado todos esos años atrás, y luego todo lo que había pasado en la antigua Secta Demonio Inmortal.
Pensando en todos los recuerdos, no pudo evitar respirar profundamente. Por el momento, ella era la única que sabía que Meng Hao no tenía siquiera quinientos años practicando el cultivo.
—Ni siquiera quinientos años y ya tiene un qi inmortal... Además, él está... A medio paso de la verdadera Inmortalidad!