Mientras sonaba la voz del Jefe del Clan Sangre Imperial, los ojos de Meng Hao brillaron, y una inefable sensación de crisis mortal surgió abruptamente dentro de él.
No recuperó la Novena Montaña, sino que la dejó encima de la tierra, emanando una presión increíble.
El Jefe del Clan Sangre Imperial señaló hacia arriba y hacia abajo. Un rayo azul apareció de repente, atravesando el cielo y la tierra...
A cierta distancia del campo de batalla había una zona que antes estaba completamente oculta, pero que ahora, repentinamente, era visible. Era como si se hubiera abierto un telón para revelar... ¡Una enorme jaula!
Dentro de la cual había un mono con su cuerpo completamente cubierto de símbolos mágicos y sus ojos rojos como la sangre. Parecía estar lleno de una locura que podía consumir los Cielos.
Tan pronto como Meng Hao lo vio, su mente se tambaleó. Incluso él... Había sido completamente incapaz de detectar la existencia de la jaula.