El viejo golpeó la superficie del agua con su mano y luego comenzó a elevarse en vuelo. Su mano deslumbró un gesto de encantamiento y luego una grieta se abrió en el cielo estrellado, en el que se preparaba para entrar.
Sin embargo, fue en ese momento cuando un pez negro salió repentinamente del agua. Tenía dientes afilados y tenía una apariencia increíblemente feroz. Tan pronto como apareció, rayos negros de luz comenzaron a salir de él, haciendo que pareciera un sol negro. Sólo tardó un momento en aparecer frente al viejo.
Una energía indescriptible emanaba del pez.
—¡Eres... Un pez del inframundo! —dijo el viejo, con la cara pálida.
—Hay un Juez del Inframundo de la Cuarta Montaña que es un pez. ¡Eres su clon! —Justo cuando el viejo se preparaba para contraatacar, el pez del inframundo titiló y luego le clavó una puñalada en la frente. El viejo tembló y su cuerpo comenzó a disiparse.