Lo que vio fue un tentáculo negro gigante, liso y brillante, con aspecto parecido al de un látigo... Además, al final de éste había unas pocas hojas negras.
¡Ese no era el tentáculo de una bestia! ¡Era la rama de una planta!
Probablemente nadie más se daría cuenta, pero debido a su propia situación, tan pronto como Meng Hao lo vio, supo que eso… Era...
¡Una rama de Lirio de Resurrección!
De esa única rama, Meng Hao no tuvo ningún problema en llegar a la conclusión de que en las oscuras y negras profundidades del mar había... ¡¡Un incomparablemente enorme Lirio de Resurrección!!
Lo que veía era simplemente una rama, pero era capaz de extenderse desde lo profundo del mar; sólo podía imaginar lo grande y aterrador que debía ser su tronco principal. La aterradora velocidad con la que se movía hizo que Meng Hao jadease. ¡Incluso podía coincidir con su carroza de guerra!