—Recuerdo que el Maestro me dijo que el Reverendo Lamparaplata vino a él setecientos años antes, pidiendo ayuda para resolver el problema del Lirio de Resurrección. El maestro fue capaz de ayudar un poco, pero no pudo resolver el problema. Entonces, el Reverendo Lamparaplata regresó cientos de años después, después de haber deshecho del veneno del Lirio de Resurrección.
—¿Podría ser...? ¿Que estos cambios en los Demonios Marinos del Mar de la Vía Láctea tuviesen algo que ver con el Reverendo Lamparaplata?
La mente de Meng Hao daba vueltas, y sus ojos tiritaban. Sin embargo, sabía que no podía permitirse estar ansioso, sino que necesitaba tiempo para que las pistas aparecieran. Ahora mismo, la constante matanza de Demonios Marinos, junto con el nivel de su base de Cultivo, le había dejado exhausto. Teniendo en cuenta cuántos Demonios Marinos había en la zona, aunque los matase durante días, todavía no sería capaz de acabar con todos.