Usar la expresión "indescriptiblemente bella y llamativa" para describir a Zhixiang sólo bastaría para retratar una parte de ella. Meng Hao no tenía más remedio que admitir que en toda su vida... Nunca había visto a una mujer más hermosa.
Esta no era una situación en la que ella fuera "una de las mujeres más hermosas". Cualquier otra mujer colocada a su lado palidecería en comparación, y no podría hacer más que desempeñar un papel secundario.
Llevaba una bata de color rojo claro, junto con una amplia sonrisa. Cada uno de sus movimientos era deslumbrante, y su cuerpo desprendía un aura única, que se asemejaba tanto al aire de un demonio como al de un espíritu.
La sensación que Meng Hao tenía era que su cuerpo se había convertido en algo así como un material precioso. Era algo que sobresalía completamente de las masas, y el aura que ella emitía parecía llenar toda el área.