—¿Cómo puedes tener cualificaciones de Paragón? —preguntó Zhixiang enojada, mirando fijamente a Meng Hao mientras él avanzaba pasando la puerta de espadas.
Tan pronto como ella hizo la pregunta, instantáneamente se sintió estúpida. ¿Cómo podría preguntar algo tan sinsentido?
El hecho de que él realmente tenía cualificaciones de Paragón ya no la sorprendía, sino hacía que se sienta humillada. No era solo una humillación personal, sino una humillación a toda su Secta.
Todo el poder de su Secta había sido utilizado, vastos recursos se gastaron, todo para darle a ella un medallón de comando con cualificaciones de tercera clase. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, alguien apareció delante de ella que tenía cualificaciones mucho más altas que las suyas, cualificaciones de Paragón.