Ke Yunhai tomó la delantera y Meng Hao siguió. Los dos salieron del valle y entraron al vacío.
Meng Hao se sentía intranquilo. Considerando su personalidad y habilidad para concentrarse, no debería ser así. Después de todo, todo aquí era ilusorio. Además, él no había intentado engañar a Ke Yunhai. Por eso, no había nada por lo que sentirse intranquilo.
Sin embargo, él estaba un poco nervioso. Él temía perder su identidad. Se puede decir que su objetivo original había sido buena fortuna, ahora que la había obtenido, no había razón para estar intranquilo.
Pero el sentimiento no se iba. El temía despertar de este sueño. Él temía que después de que Ke Yunhai descubra que él no era realmente Ke Juisi, él no lo miraría con esa expresión de profundo amor nunca más.
En un momento puedo llamarte padre. Al siguiente no puedo siquiera abrir la boca.
Este sentimiento era el que hacía que Meng Hao se sienta intranquilo.
Él temía perder lo que consiguió.