Cuando la voz familiar hizo eco en los oídos de Meng Hao, él sintió como si un gentil viento estuviera soplando, llevándolo de vuelta a esos días maravillosos en la terrible Secta Confianza.
Dentro de la Secta, había una malvada, miserable y artera tortuga vieja…
Los ojos de Meng Hao se abrieron más al ver una sombra oscura aparecer. Al mismo tiempo, el cielo se oscureció, y se podían escuchar chasquidos.
El escudo que rodeaba a Meng Hao empezó a colapsar, y casi explotó. Después se pudo escuchar un grito de dolor, y el área delante de Meng Hao se volvió luminoso de nuevo, revelando una enorme y feroz tortuga, retirándose a máxima velocidad.
La tortuga tenía miles de metros de ancho, con una expresión ansiosa en su enorme rostro. Miraba fija y ferozmente a Meng Hao.