La joven parecía entender las palabras mismas, pero no su verdadero significado. Ella miró a Meng Hao en silencio y bajó la mirada a la Fruta del Alma en sus manos. Después de un momento, ella dio unos pasos hacia atrás para recostarse contra la pared de piedra. Ella puso la fruta en su boca y se la comió. En su rostro apareció una sonrisa.
—No estoy segura de a qué te refieres cuando dices "siguiente vida" —dijo ella con una sonrisa—. Lo que sé es que esta Xu Qing de la que hablas está realmente bendecida.
El viento movía su cabello y ella lo puso detrás de la oreja. Después de terminar de hablar, ella se sentó de nuevo y respiró profundo, después cerró los ojos, sin más palabras, ella escondió en sus ojos la iluminación que no quería que nadie más vea.
Ella era una joven inteligente, más inteligente que las otras jóvenes de su edad.
Por la forma en que MH hablaba, ella podía entender que se refería a algo relacionado a la muerte.