Cuando posó su mirada por primera vez sobre las tribus de bandidos aliadas, Meng Hao supo que esa sería su última batalla. A pesar de la insuperable capacidad de lucha de las tribus Divinidad del Cuervo y Dragón Negro, ellos serían derrotados al final.
Las tribus de bandidos, simplemente, tenían demasiados cultivadores.
Incluso si, gracias a algún milagro, los más de 10.000 miembros de la Tribu Divinidad del Cuervo no morían, y uno par de cientos de miles lograban entrar a las Tierras Negras, para ese momento, la tribu ya no existiría.
Por otro lado, si la Tribu Divinidad del cuervo era capaz de continuar con la mayoría de sus fuerzas, después de entrar a las Tierras Negras, podrían aliarse con la Iglesia de la Luz Dorada. Luego, serían una fuerza poderosa y podrían mantener el respeto hacia sí mismos y seguir adelante.