—¡Despreciable! —dijo el Alto Sacerdote de la Tribu de los Cinco Venenos, su cara parpadeó mientras miraba a Meng Hao.
Apretó los dientes mientras subconscientemente se inclinaba hacia atrás. Ya no estaba más en la etapa final de Alma Naciente, así que enfrentar a Meng Hao hizo que su corazón estuviera medio lleno de miedo.
Incluso cuando las palabras salieron de su boca, un silbido se escuchó desde la distancia. No era otro que el Clon de Sangre. Habiendo masacrado a los dos grandes Antiguos Sagrados totémicos, estaba volviendo, su deseo de sangre no había sido satisfecho.
De repente, Meng Hao se dio cuenta de que no podía sentir una conexión con el Clon. En un abrir y cerrar de ojos, la figura sangrienta se abalanzaba sobre el Alto Sacerdote de la Tribu de los Cinco Venenos.