—¿Deseas alcanzar la vida eterna?
—¿Estás calificado para desafiar a los Cielos y vivir para siempre?
—¿Quieres tener un tipo de vida único en todo el cielo?
La mente de Meng Hao zumbó. Tan pronto como entró en este mundo, tres oraciones llegaron a sus oídos. No fueron dichas por la misma persona, y resonaron como un trueno en su mente y corazón.
Al mismo tiempo, vio que el cielo de este mundo era un color gris familiar. Ninguna niebla gris cubría el suelo, pero Meng Hao podía ver cientos de miles de figuras, todas ellas esclavos del puente, moviéndose a gran velocidad en la dirección en la que él y Zhixiang estaban parados.