Tan pronto como la voz llenó el aire, Zhou Dekun dejó su horno de píldoras. Las tres figuras que se aproximaban nunca lo vieron claramente, ni las píldoras medicinales. El acercamiento de estas tres personas hizo que cayeran las cuatro caras de los Grandes ancianos.
Uno de ellos era un hombre de mediana edad que vestía una larga túnica blanca, con la cara como jade blanco. Aunque era de mediana edad, se mantenía erguido y derecho. Sus facciones eran hermosas y más allá de lo ordinario, y una leve y amable sonrisa se podía ver en su rostro. Sin embargo, cuanto más observabas la sonrisa, más fría parecía. Este hombre no tenía Qi totémico sobre él, sino más bien, un leve aroma medicinal.