La oportunidad que Meng Hao tenía ahora era repentina e inesperada. Gracias a este golpe de suerte, su base de Cultivo estaba subiendo hacia arriba a una velocidad increíble. Además, cuanto más se acercaba al árbol, más espesa era la energía espiritual.
Él respiró hondo, ignorando por completo las miradas extrañas que todos le estaban dando. Estaba completamente enfocado en el enorme árbol y la extraña energía espiritual que emitía que solo él podía absorber.
Había pasado mucho tiempo desde que había podido disfrutar la refrescante sensación de absorber energía espiritual. Sus ojos brillaban brillantemente mientras su cuerpo brillaba hacia adelante.
La energía espiritual debajo del árbol se revolvió locamente. Su cuerpo era como un agujero negro giratorio, absorbiendo toda la energía espiritual, sin excepción.