Una vez que se quitara la máscara, el cadáver se la daría a la persona que estaba frente a él. Esa persona sería la ganadora del legado. ¡Esta máscara era el tesoro del Legado!
El Dragón de Sangre al lado de Li Daoyi parecía emocionado. Había esperado este día durante cuatro mil años. Una vez que entrase en la máscara, se convertiría en el Espíritu de Armas y finalmente podía abandonar este lugar y regresar al Dominio del Sur.
—¡El legado es mío! —dijo Li Daoyi, con los ojos brillantes.
Sin embargo, fue en este momento exacto cuando Meng Hao salió de la novena matriz. Cuando vio lo que estaba sucediendo, no dudó en lo más mínimo. Su cuerpo se lanzó hacia adelante a gran velocidad.
Después de lograr la Fundación Perfecta y luego entrar a este lugar, una sensación extraña había aparecido dentro de Meng Hao. Era como si él fuera el señor de esta zona Legado. La sensación se había vuelto aún más fuerte después de la destrucción de la novena matriz.
