¡La masacre se intensificó!
Los miembros de la Tribu Cuervo Dorado emergieron con gritos de emoción. Esto era especialmente cierto para los más antiguos, que habían acompañado a Meng Hao durante la migración. Sus venas hervían con pación mientras recordaban la sangre y fuego que habían experimentado durante ese largo camino, hace tantos años. Ah, la gloria de la vida…
Respecto a los miembros nuevos de la tribu que habían aparecido durante los últimos cien años, ellos también sentían su sangre hervir. Era casi como si las historias que habían oído de las generaciones más antiguas se estuvieran desarrollando frente a ellos. Excepto, que era en la realidad.
Ya no eran las cincu Tribus Divinidad del Cuervo que necesitaban la protección de la horda de neo-demonios de Meng Hao para sobrevivir. Incluso la gran Tribu de Persecusión Celestial necesitaba usar todo su poder para eliminarlos.