Mientras Meng Hao y Zong Wuya luchaban, el Reino Ventisca seguía elevándose a través del vacío, acercándose cada vez más a esa frontera invisible.
La depresión en la enorme red se hizo más obvia; era como si una enorme e invisible mano la empujara con fuerza. En lo más profundo, rayos crepitaban de un lado a otro con creciente intensidad.
Más lejos en la distancia, la batalla entre el Señor Imperial Ventisca y el Paragón Sueño Marino parecía dirigirse hacia una coyuntura crítica. Sueño Marino era un paragón de tiempos pasados, y hacía tiempo que había sufrido heridas que aún no se habían recuperado, pero no era fácil de manejar cuando se enfrentaba al Señor Imperial. De hecho, sus defensas estaban empezando a desmoronarse lentamente.
Los ataques de Paragón Sueño Marino hicieron que el vacío vibrara y que las figuras detrás de la enorme red vieran la situación con sobriedad.