Nie Li sonrió, miró a Wu Yazi y dijo:
—Si hubieras querido matarnos, ya estaríamos muertos.
Era verdad. Nie Li y Xiao Yu solo eran expertos del Reino del Destino Celestial. Era imposible que tuvieran un combate de igual a igual con Wu Yazi.
—Agradezcan a sus estrellas de la fortuna que solo se hayan encontrado conmigo —dijo Wu Yazi encogiéndose de hombros.
Nie Li miró a Wu Yaz con calma y respondió:
—Al haber venido al mundo exterior, estamos preparados para morir. La suerte no tiene nada que ver en esto.
Nie Li no tenía idea de dónde provenía ese joven de clan demoníaco.
Wu Yazi deslizó la mirada sobre ambos.
—¡Ustedes dos tienen algunos rastros del aura espacio-temporal!
Un resplandor particular cruzó por sus ojos.
El corazón de Nie Li se estremeció. Nunca se imaginó que Wu Yazi tuviera los sentidos tan agudos. Prestó mucha atención a los cambios de expresión de su rostro.