En los últimos tiempos, Nie Li había estado guiando a Long Yuyin, lo cual había mejorado su relación. Sin embargo, todavía dudaba un poco de ese tiranosaurio femenino. Por ende, le resultaba bastante difícil relacionarse con ella.
Por ejemplo, en ese momento, Long Yuyin estaba sentada como un trozo de madera, sin interactuar con los demás. Tenía una expresión que disuadía a los extraños de acercarse. ¿Quién sabía lo que estaba pensando?
Por fortuna, la Long Yuyin de entonces ya controlaba su personalidad, por lo que los demás no la odiaban tanto como antes.
Por otra parte, Gu Bei seguía comprando muchas cosas. Ya ni Ye Xuan ni Murong Yu se sentían el foco de atención; Gu Bei había acaparado todo el protagonismo.