En el momento en el que abrió sus ojos, sus manos se apresuraron a formar un misterioso sello. De pronto, dos brillantes rayos de luz salieron disparados de sus pupilas.
—¿Tu motivación para hacer este viaje es llegar al Reino del Inframundo y obtener la protección de su maestro? Es cierto, con el nivel que yo tengo, nunca podría compararme con él. Pero, no creas que solo su protección bastará para mantenerte a salvo.
Unos pinchazos de luz particulares se acumularon en los ojos de la bestia demoníaca. Eran las manifestaciones giratorias de su poder de la ley.
Al principio, su poder de la ley tenía el aspecto de rayos de luz, luego le habían aparecido, lentamente, unas flores misteriosas a su lado. La primera flor, luego la segunda, la tercera y así sucesivamente hasta llegar a la sexta. Ahora, solo le quedaba un capullo. Este se estaba hinchando como si fuera a florecer en cualquier momento.