¡Boom! ¡Boom! ¡Boom!
La batalla dentro de la arena se hacía cada vez más intensa.
Shen Xiao contraatacaba enloquecido. Cada vez que estallaba su energía violenta, Nie Li la dominaba. Al ver esa figura ligera y ágil, Shen Xiao sentía miedo. La presión que Nie Li ejercía era demasiado grande.
—¡Pilar del Dragón Sagrado! —rugió Shen Xiao lleno de enojo. Un grueso Dragón Sagrado descendió del cielo formando pilares que se propagaban con furia.
Ráfagas de sorpresa venían de la audiencia.
—¡Qué ataque tan aterrador! —no pudieron evitar preocuparse por Nie Li.
Al mirar las gruesas columnas de llamas que se dirigían hacia él, Nie Li no estaba nervioso, sino que sonrió tranquilamente.