Cuando escuchó las palabras de Shen Fei, a Ye Hong le tembló un poco la ceja al tiempo que sus ojos se llenaban de ira. ¡Shen Fei era demasiado autoritario! ¡Ya había sido suficiente!
Si Shen Fei pretendía ponerle la mano encima a Xiao Ning'er, Ye Hong definitivamente lo detendría.
Ye Hong bufó y se marchó.
Shen Fei lo miró de atrás y una leve sonrisa apareció en su boca.
—No pienses que mi Familia Sagrada le temerá a tu Familia Viento Nevado. No pienses que el hecho de tener un Espiritista Demoníaco de rango Leyenda es algo del otro mundo. Llegará el día en el que mi Familia Sagrada reemplace a tu Familia Viento Nevado —lo reprendió en silencio.
En las calles.
―¡¡¡Nie Li!!! ―gritó una voz aguda y clara.
Al mirar en la dirección de la cual provenía el sonido, Nie Li vio a Xiao Ning'er, que en ese momento llevaba un vestido sencillo y elegante.
―¡Hola, Ning'er! Hace días que no te veo y, al parecer, ¡te has vuelto más hermosa! ―dijo Nie Li sonriendo un poco. Sin embargo, se sintió un poco incómodo cuando pensó en el asunto de Huyan Lanruo.
Cuando escuchó las palabras de Nie Li, los ojos de Xiao Ning'er brillaron con una pizca de alegría y su cara se sonrojó un poco. Sacó un anillo interespacial, se lo entregó a Nie Li y le dijo―: Ya vendí todas esas Hierbas Neblina Púrpura que me diste para que vendiera; este es el dinero.
Después de escuchar las palabras de Xiao Ning'er, Lu Piao y Du Ze se miraron, perplejos. Se preguntaron qué tipo de poción mágica le había dado Nie Li a Xiao Ning'er para que obedeciera a todo lo que Nie Li le pedía.
Eso también dejó sin habla a Lu Piao y Du Ze. ¿Esa aún era la diosa Ning'er que ellos conocían? La Diosa Ning'er era fría con los demás, lo que hacía imposible que uno se acercara a ella. Sin embargo, con Nie Li era todo lo contrario.
―¡Gracias! ―Nie Li aceptó el anillo interespacial sin rodeos. No tenían la necesidad de ser educados el uno con el otro.
―Diosa Ning'er, ¿te has peleado con Huyan Lanruo? ―Lu Piao parpadeó mientras la miraba.
Xiao Ning'er levantó la cabeza y miró a Nie Li. Se sintió un poco avergonzada y le preguntó: ―No fue gran cosa. Solo discutí con ella un par de veces. Nie Li, ¿realmente te gusta esa mujer?
―De ninguna manera. Es demasiado molesta. No te enojes con ella la próxima vez ―Nie Li hizo un gesto de negación con la mano.
―Oh... ―respondió Xiao Ning'er con suavidad. Sin embargo, en su interior, se sentía aliviada. Una persona tan seductora como Huyan Lanruo la hacía sentir amenazada.
―El entrenamiento de estos últimos días nos ha dejado bañados en sudor. Nuestros cuerpos están empezando a apestar. Nos estamos preparando para ir a las duchas, ¿quieres venir? ―bromeó Lu Piao entre risas.
―Yo…¡No iré! ―tartamudeó Xiao Ning'er, clavando sus ojos en Lu Piao.
―Puedes estar con Nie Li. No los molestaremos ―dijo Lu Piao riéndose.
Al escuchar las palabras de Lu Piao, Xiao Ning'er se sonrojó de inmediato.
―Lu Piao no tiene nada constructivo para decir, ¡así que no te preocupes por él! ―le dijo Nie Li a Xiao Ning'er al tiempo que le daba una bofetada en la cabeza a Lu Piao.
―Bueno ―asintió Xiao Ning'er. Ese aspecto tímido le daba un encanto indescriptible.
―¡Nie Li, no tienes códigos de hermano! Dijiste que no tengo nada constructivo para decir. ¡La amistad está primero! ¡Tampoco pelearé contigo por ella!
Al ver cómo Nie Li y Lu Piao discutían, Xiao Ning'er sintió un poco de envidia. Hacía mucho que no tenía amigas así cerca de ella. Pero una persona vino a su mente: Ye Ziyun. Cuando era niña, ella y Ye Ziyun eran muy buenas amigas. Era una pena que, a medida que habían ido creciendo, lo mismo había ocurrido con la distancia entre ellas.
Además, ¡Ye Ziyun era la muchacha que le gustaba a Nie Li!
¡Xiao Ning'er pensó para sus adentros que, definitivamente, no iba a perder contra Ye Ziyun!
A cierta distancia de allí, caminaba un grupo de alrededor de diez personas. El hombre que los guiaba no tendría mucho más de treinta años y era de contextura grande. Más de la mitad de su cara estaba cubierta por cabello un poco amarillento, su vista era aguda como la de un halcón.
El hombre contempló a Nie Li con detenimiento, sus ojos reflejaron un vestigio de sorpresa, pero, de inmediato, recuperaron la tranquilidad. Hablaba con unas personas mientras caminaba hacia donde se encontraba Nie Li.
Nie Li frunció un poco el ceño. Había notado la manera extraña en la que lo había mirado ese hombre.
Nie Li pensó para sus adentros: —¿Acaso he visto a ese hombre antes?
Cuando el hombre pasó junto a él, Nie Li pudo capturar con rapidez una pizca de su aura. Esas personas eran iguales a las personas del Gremio Oscuro que estaban en las Ruinas de la Ciudad Orquídea Antigua.
El rostro de Nie Li demostró tranquilidad cuando pasó caminando junto a ellos. No mostró ningún tipo de reacción. Si así lo hubiera hecho y hubiera sido notado por aquel hombre, sin duda lo habrían hecho callar.
Cuando estuvo a una cierta distancia, el hombre se dio vuelta para mirar a Nie Li.
―Jefe, el mocoso ese probablemente no nos reconoció―dijo un subordinado que estaba a su lado.
―Así es ―respondió el hombre al tiempo que asentía con la cabeza. El hombre era el Diácono Yun Hua. A causa de su identidad especial, tenía que tener sumo cuidado en Ciudad de Gloria.
―¿Es necesario que lo eliminemos? ―preguntó otro subordinado.
―¡No hace falta! ―dijo el Diácono Yun Hua sacudiendo la cabeza. Si hubieran matado a alguien en Ciudad de Gloria, la gente de la Mansión del Señor de la Ciudad habría comenzado a investigar y eso habría sido un problema.
Luego de caminar dos cuadras y asegurarse de que ya no había rastros de esas personas, Nie Li respiró aliviado.
―Ning'er, ¿quiénes son esas personas? ―preguntó Nie Li con una leve sonrisa.
―¿Las personas que vimos antes? ―Xiao Ning'er pensó durante un instante, luego soltó una risita―. Esas son del Restaurante Estrella, que es uno de los negocios de la Familia Sagrada.
Xiao Ning'er no sabía por qué Nie Li le hacía una pregunta así.
Lo cierto era que Ciudad de Gloria estaba rodeada de verdaderos peligros. Al parecer, tendría que revelar algunas de sus habilidades y asegurar un poco su vida.
―Primero nos dirigiremos hacia la Asociación de Alquimia ―dijo Nie Li tras pensar durante unos instantes. Parecía que la situación de Ciudad de Gloria era más complicada que lo que él había pensado en un principio. No sabía por qué había tantas personas del Gremio Oscuro al acecho, por lo que debía ser sumamente cuidadoso. Nie Li pensó con detenimiento en la gente que había luchado por Ciudad de Gloria hasta las últimas consecuencias en su vida anterior. Aquellos que habían muerto como héroes en la última batalla, ¡esos eran en los que podía confiar!
Nie Li tenía que obtener tantos recursos como le fuera posible.
En Ciudad de Gloria, la posición de la Asociación de Alquimia había declinado un poco. Sin embargo, aún tenía una presencia imponente que era solo apenas inferior a la de las tres familias de mayor prestigio.
En el cerebro de Nie Li había toda clase de conocimientos relacionados a la alquimia. Si se los usaba correctamente, tal vez podrían llegar a fortalecer a la Asociación de Alquimia. Solo si la asociación se fortalecía, Ciudad de Gloria también lo haría. Esa podía ser considerada la contribución de Nie Li para con Ciudad de Gloria.
La Asociación de Alquimia era un edificio enorme. Solo el pabellón del patio ocupaba una gran cantidad de espacio. El salón que estaba enfrente estaba lleno de alquimistas que vestían batas coloridas y entraban y salían permanentemente.
Aunque la Asociación de Alquimia había declinado un poco, era posible ver lo gloriosa que había sido en el pasado, a juzgar por la magnífica construcción.
Los Alquimistas se diferenciaban en Aprendiz, Maestro y Gran Maestro. Cada rango se dividía, a su vez, en los niveles Primario, Intermedio y Superior. Los aprendices vestían de gris; los Maestros de blanco y los Grandes Maestros de plateado. La mayoría de los alquimistas que entraban y salían eran de rango Aprendiz. A los de rango Maestro, rara vez se los veía. Normalmente se veía a solo uno o dos de ellos.
A raíz del declive de la Asociación de Alquimia, los genios eran reacios a dedicar su tiempo a esa disciplina. Se centraban más en la cultivación, por lo tanto, la cantidad de alquimistas y de jóvenes promesas de la generación era cada vez menor.
Al entrar en la Asociación de Alquimia, Xiao Ning'er, Du Ze y Lu Piao miraron a su alrededor. Todavía no entendían por qué Nie Li querría ir allí.
Nie Li recordaba muy bien que, dentro de la Asociación de Alquimia, había un grupo de seis personas mayores que tenía el mayor poder de habla. Todos ellos eran un grupo de ancianos, de los cuales el de nivel más bajo era un Maestro Alquimista Intermedio, y le seguían dos Maestros Alquimistas Superiores. En cuanto al nivel de Gran Maestro, por el momento, la Asociación de Alquimia no tenía ninguno. Además de ese grupo de seis personas mayores, estaba el director, que manejaba los diversos asuntos de la asociación.
En la batalla final de Ciudad de Gloria que había tenido lugar en su vida anterior, la Asociación de Alquimia había colaborado mucho. Al final, todos habían muerto en batalla como héroes. Al menos, Nie Li podía estar seguro de que ellos no eran aliados de la Familia Sagrada.
―Es un gusto que estés aquí, ¿qué puedo hacer por ti? ―se acercó y le preguntó una señora de bata gris. Era la recepcionista del salón de la Asociación de Alquimia.
―He venido a tomar el examen de alquimista ―dijo Nie Li, mirando a la alta dama, y sonriendo ligeramente―. ¿Puedo saber cómo debo dirigirme a ti?
Xiao Ning'er, Du Ze, Lu Piao y el trío miraron a Nie Li conmocionados. En un comienzo habían pensado que Nie Li estaba allí para buscar a alguien. Nunca se habían imaginado que Nie Li estaría allí para tomar el examen de alquimista. ¿Acaso Nie Li también era bueno en alquimia?
Después de pasar tanto tiempo con Nie Li, y todos los eventos impresionantes que ocurrían en torno él, a Du Ze, Lu Piao y el trío ya no les sorprendía nada.
La dama miró a Nie Li un poco sorprendida. Era muy poco frecuente que se presentaran jóvenes en la Asociación de Alquimia con la intención de convertirse en alquimistas. Al ser un recién llegado, la asociación, naturalmente, le dio la bienvenida.
―Puedes llamarme Xiao Lan. Has venido para tomar el examen de Aprendiz, ¿verdad? ¿Te has estado preparando bien? Los aprendices de alquimista deben estar familiarizados con más de diez libros sobre las fundaciones de las alquimia ―dijo Xiao Lan, con una leve sonrisa―. Esos libros tienen más de cientos de miles de palabras sobre la fundación de la alquimia, lo cual fue capaz de lograr que un sinnúmero de personas se estremecieran. Sin embargo, es algo que no se puede evitar. Para llegar a ser alquimista, es necesario conocer el fundamento y los principios de ella, de lo contrario podrían ocurrir muertes.
―Señorita Xiao Lan, ¿puedo tomar el examen de alquimista Maestro? ―le preguntó Nie Li a Xiao Lan.
Tras escuchar las palabras de Nie Li, Xiao Lan se quedó atónita por un momento.
―Si bien es posible ¿sabes cuánta práctica se necesita para llegar a ser un Maestro Alquimista? Además de esos libros sobre fundaciones, también hay cientos de libros sobre una variedad de hierbas con las que debes estar familiarizado.
Xiao Lan miró a Nie Li de arriba a abajo y pensó para sus adentros que se trataba de una mentira. Ni habiendo empezado a leer esos libros cuando estaba en el vientre materno era posible que los hubiera terminado de leer, sin mencionar estar familiarizado con ellos. Un Maestro Alquimista Primario ordinario tiene más de una década de experiencia como aprendiz y lo más probable era que Nie Li ni siquiera hubiera estado en contacto con un horno de alquimia antes. Aunque hubiera pasado la primera ronda, en la segunda había que refinar elixires. Ni siquiera podría pasarla.
Nie Li no estaba siendo realista. No había tenido el tiempo suficiente para aprender bien y deseaba llegar al cielo con solo un paso.
Nie Li parpadeó, miró a Xiao Lan y le dijo―: La edad de una persona no refleja su conocimiento, ¿verdad? Señorita Xiao Lan, solo lléveme ante los exámenes de Maestro Alquimista Primario.