Lei Zhuo y Jiang Ming también se unieron a la competencia. Eran cuatro familias envueltas en una competencia feroz por aquellas píldoras. Solo se detuvieron cuando el precio alcanzó las trescientas veinte monedas de espíritu demoníaco.
—Nie Li, esa es la valiosa Píldora de Nutrición Espiritual, ¿no vas a comprar? —preguntó Nie Hai mirando a Nie Li con impaciencia mientras se frotaba las manos. Era mejor que las comprara Nie Li antes que permitir que otras familias se quedaran con ellas.
—No estoy interesado. Ya he comprado demasiadas cosas. Tengo que darle la oportunidad a otros, de lo contrario, es aburrido que sea uno solo el que hace las ofertas —dijo Nie Li con suavidad.