Xiao Yu luchó durante un buen rato antes de que al fin se dio cuenta de que no tenía sentido. Lo único que podía hacer era abrir los ojos y resignarse con impotencia a su destino.
Después de que Nie Li curó la espalda de Xiao Yu, dio vuelta a su amigo y lo apoyó sobre el árbol.
Lo que Nie Li vio allí lo dejó atónito.
Xiao Yu era extremadamente delgado, y su pecho era plano y liso. Aunque tenía varias heridas por quemaduras, no eran demasiado graves. Se podía ver una gran porción de su piel blanca y perlada.
Su pecho no tenía ni la más mínima herida y, sobre él, había un misterioso tatuaje.
El diseño era de una gran complejidad, como si estuviera hecho a partir de patrones de inscripción de alto nivel.
Ni siquiera Nie Li podía encontrarle un sentido; sin embargo, su intuición le hizo percibir que esos patrones de inscripción estaban vinculados con los orígenes de Xiao Yu.