Después de la lección, Long Yuyin regresó a su propio patio. Las enseñanzas de Nie Li continuaban girando en su mente. Cuanto más pensaba en ellas, más profundas las encontraba.
Finalmente entendió que siempre había sido como una rana en un pozo. El amplio conocimiento de Nie Li superaba con creces su imaginación. En este mundo, las únicas personas que podían darle ese sentimiento eran su Maestro y Nie Li. Incluso estaría dispuesta a aceptar a Nie Li como su Maestro.
Mientras Long Yuyin estaba en un estado mental bastante aturdido, una figura apareció de repente ante ella.
La expresión de Long Yuyin se volvió solemne.
—¿Hu Yong, eres tú?
La cara de Hu Yong estaba rara.
—Long Yuyin, escuché que fuiste a entrenar con Nie Li. Qué incluso le hablaste en voz baja. ¿Me estabas engañando?