Nie Li desvió su atención y sus pensamientos.
Después de terminar esa ronda de cultivación, Nie Li se prepararía para destruir el huevo. Teniendo en cuenta la sed de sangre que acababa de liberar, ese huevo era, sin duda, una existencia peligrosa.
Tan pronto como esa idea pasó por la mente de Nie Li, la cáscara del huevo se agrietó. Él abrió los ojos de inmediato, sacó el huevo con rapidez, y observó como su cáscara se abría a gran velocidad. Una energía aterradora se extendió por los alrededores.
—¿Ya se me ha agotado el tiempo? —preguntó Nie Li frunciendo el ceño por un momento.
Yu Yan también tenía los ojos fijos sobre el huevo que estaba en las manos de Nie Li.
La cáscara de huevo se rompió y las aterradoras ondas de energía se aplacaron. Apareció una cabeza redonda de color amarillo dorado. Inmediatamente después, un objeto parecido a una pelota, que tenía un líquido pegajoso por todo el cuerpo, cayó provocando una pequeña salpicadura.