Cada horda de Bestias Demoníacas era una pesadilla. Toda la Ciudad de Gloria estaba en estado de alerta.
En el Salón de la Mansión del Señor de la Ciudad, varios expertos de varias familias se organizaron en varios lados de la ciudad. Solo la Familia Sagrada se quedó sola.
Las miradas de Ye Zong y Shen Hong entraron en contacto, con rayos de luz escalofriante brillando en sus ojos.
Shen Hong sonrió al mirar a Ye Zong.
—No esperaba que Ciudad de Gloria experimentara una horda de Bestias Demoníacas. Como miembro de la Ciudad de Gloria y por el bien de la seguridad de Ciudad de Gloria, mi Familia Sagrada hará todo lo posible para protegerla. Me pregunto qué habrá arreglado el Señor de la Ciudad para mi Familia Sagrada.
Los ojos de Ye Zong se estrecharon cuando miró a Shen Hong.
