A Shen Fei no dejaba de temblarle la comisura de los labios. La verdad era que no tenía las agallas para pelear contra Nie Li. Este ya lo había derrotado de una forma lamentable durante la batalla del torneo. Sin tener en cuenta que Nie Li se había vuelto aún más fuerte desde entonces.
Shen Fei levantó la cabeza para mirar hacia el nivel superior que estaba más lejos, con la ilusión de conseguir algo de apoyo de su padre. Sin embargo, el rostro de Shen Hong tenía un aspecto sombrío y parecía no importarle lo que estaba pasando allí.
Al ver el gesto de Shen Fei, Nie Li se rio para sus adentros.
—Shen Fei, cobarde, ¿aún no te has dado cuenta? Ye Zong le había tendido una trampa a Shen Hong con lo que había dicho. Si llegara a tomar medidas, se lo consideraría una intimidación. ¿Cómo podía Shen Hong seguir teniendo el coraje de actuar?