—Señor Soldado, no tuve nada que ver con esto, fue todo... —intentó de explicar Yu Xiao, quien igual quería discutir.
El soldado del Ejército de Sangre de Hierro se volvió serio y rugió:
—¡Fuera!
Un aura asesina aterradora que solo se obtiene en una batalla envolvió a Yu Xiao, presionándolo hasta que su rostro se tiñó de un blanco espantoso.
Yu Xiao y los otros tres solo pudieron correr al final de la fila y empezaron a hacerla de nuevo.
De inmediato, la multitud alrededor se llenó de una ola de risas socarronas.
—Ey, hermano, ¿cómo pudiste hacer esperar al Señor Soldado? La vida del Señor Soldado no es fácil, se toma muchas molestias para ayudar a tanta gente a inscribirse, deberías mostrar un poco más de empatía y cordialidad para con él.
Tal vez a propósito, pero Duan Ling Tian estaba esperando al final de la fila. Lo miraba a Yu Xiao con el rostro lleno de pena mientras soltaba un suspiro.