Ssss, ssss.
Los ojos profundos de las dos pequeñas pitones brillaron con una luz feroz mientras miraban fijamente al enorme ser frente a ellas.
Sus lenguas se movían tan rápido como un relámpago.
Grrr
De repente, el Tigre Salvaje soltó un rugido y se desplomó en el suelo apoyando sus cuatro patas.
Su enorme cuerpo temblaba como si se rindiera en una plegaria.
¡Fiiu! ¡Fiiu!
Las dos pequeñas pitones ignoraron al Tigre Salvaje y reanudaron su viaje a toda prisa. Luego de transformarse en dos rayos, blanco y negro, poco a poco desaparecieron en el horizonte.
¡Vámonos!
Duan Ling Tian superó su asombro y las siguió con prisa.
Li Fei y Ke Er estaban atónitas.
Cara a cara con el Tigre Salvaje, las dos pequeñas serpientes lograron que el Tigre Salvaje se sometiera ante ellas. Era realmente inconcebible...
Duan Ling Tian, en cambio, pensó en una posible explicación...