Duan Ling Tian obtuvo su deseo y se alojó en el patio de la Sala Interna.
Al poco tiempo, los cuatro empleados de la academia acercaron vinos finos y manjares para Duan Ling Tian, el Joven Maestro de la Espada, Ji Feng y Sima Yang.
El vino fino y las exquisiteces para Duan Ling Tian acababan de llegar.
—Hiic, hiic —la ratoncita dorada, que se había quedado dormida antes de que Duan Ling Tian ingresara a la Sala Interna, percibió la fragancia y se despertó de inmediato—. Hermano Mayor Ling Tian, ¿se dónde has sacada esta carne? ¿No era que sólo te darían agua y un mantou de porquería?
—La pequeña ratoncita dorada saltó desde su hombre y ayudó a Duan Ling Tian a comer todo. No pasó mucho tiempo hasta que ya había devorado la mitad.
Las comisuras de la boca de Duan Ling Tian se sacudieron y no pudo evitar regañarla con una sonrisa en el rostro.