—Pequeña Dorada, ¿qué pasa? —Duan Ling Tian miró a la pequeña ratoncita dorada sobre su hombro y le preguntó con curiosidad.
—Hiic, hiic —la pequeña ratoncita dorada levantó su cabeza y miró al horizonte a su derecha.
Duan Ling Tian siguió la mirada de la ratoncita dorada y vio una zona cubierta de neblina negra; era imposible ver con claridad qué había allí.
—¿Has visto algo? —Duan Ling Tian extendió su Fuerza Espiritual, pero sintió como si una piedra cayera al océano, incapaz de percibir nada.
—Hermano Mayor Ling Tian, ¿no lo has sentido? El aura que emite ese lugar es demasiado aterradora... —la transmisión de voz de la pequeña ratoncita dorada llegó a los oídos de Duan Ling Tian y la voz de pequeña niña inmadura tenía rastros de terror.
—No —Duan Ling Tian negó con la cabeza y caminó hacia ese lugar, lleno de curiosidad, hasta que su cuerpo entero ingresó a la neblina.
